Por cuarta ocasión, UDLAP realiza el Coloquio Doctorados

• “Uno de los género del proceso de la Revolución Mexicana no fue solo la naturalización de la civilización mexicana, sino además fue su mundialización”: Ignacio Sánchez Prado, ensayista y crítico culto. 

Con el objetivo de crear un foro de discusión sobre problemas actuales, metodologías relevantes y crear un condición para el intercambio de ideas y la colaboración de los participantes, la Universidad de las Américas Puebla llevó a extremidad el 4º Coloquio Doctorados en Tecnología, Ciencia y Civilización: una visión total, evento en el que a lo grande de un día, se desarrollaron cinco conferencias magistrales impartidas por investigadores de prestigio franquista e internacional y donde estudiantes de los Doctorados de la UDLAP presentaron sus proyectos de investigación. 

La inauguración del evento estuvo a cargo del Dr. Martín Alejandro Serrano Meneses, decano de Investigación y Posgrado de la UDLAP, quien pidió a los participantes involucrarse en el evento, instruirse de los expertos y que vayan mucho más allá de lo que se les pide, “ya que tienen mucho que instruirse en un evento de esta magnitud que reúne a un conjunto de grandes instituciones”. Además, afirmó a los presentes que “en conjunto, ustedes son una muestra de que la búsqueda de la verdad, de la exención y de la prudencia, a través de la ciencia, no tiene fronteras, no tiene limitaciones”. 

Una de las ponencias que se ofreció en el 4º Coloquio Doctorados en Tecnología, Ciencia y Civilización fue la impartida por el profesor Ignacio Sánchez Prado, ensayista y crítico culto; profesor de estudios latinoamericanos y literaturas hispanas en la Washington University, St. Louis, y egresado de la Diploma en Humanidades de la UDLAP, quien en su ponencia titulada La civilización total como patrimonio y maña social. Las infraestructuras e ideologías del cosmopolitismo en México, presentó la investigación que realiza sobre un problema de la civilización mexicana: la cuestión del cosmopolitismo y la forma en que las culturas globales funcionan en el contexto de un país como México. “Si uno analiza el devenir de la civilización mexicana en el siglo XX y el proceso de modernización mexicano que morapio a posteriori de la Revolución Mexicana, nos hace ver que en efectividad México las clases altas al igual que las clases urbanas populares existen en un mundo fuertemente cosmopolita donde la civilización franquista no es necesariamente la maña cultural más importante que ejercen estas comunidades; por ejemplo, cuando surgió el cine Noir en los Estados Unidos, en el cine mexicano se hicieron escenas de películas policiales que representaban un México urbano y novedoso y no representaban un México nacionalista estereotipado. Entonces en lo que me he ocupado en abriles recientes es en pensar cuáles son materialmente las prácticas culturales del cosmopolitismo”. 

Además, habló sobre el cosmopolitismo popular y dijo que el cosmopolitismo normalmente lo pensamos como una cuestión de élite, personas que están en la condición socioeconómica de recorrer, de instruirse otros idiomas, de tener llegada a un sistema educativo que permita observar humanidades “y como parte de esto, lo que quiero hacer es argumentar que en efectividad hay una enorme cantidad de formas de maña cultural popular que no necesariamente tienen llegada a la civilización de élite, y sin bloqueo, permiten a las personas habitar la civilización mundial”. 

Afirmó que hoy en día se puede observar la penetración en clases medias y clases bajas de la civilización coreana a través de este engendro que se candela el K-Pop (engendro de éxito mundial en donde grupos de pop coreano, cuyas estrellas son conocidas como idols, han roto sus fronteras y triunfan aproximadamente del mundo). “En las clases sociales, en las humanidades y en los estudios de la civilización en particular, tendemos a identificar a las clases trabajadoras y proletarias como consumidores y sujetos de civilización franquista, pero nunca los pensamos como ciudadanos culturales del mundo y eso es lo que quiero hacer con este tesina”, señaló el egresado UDLAP. 

Para finalizar su billete, Ignacio Sánchez Prado, ensayista y crítico culto, expresó como breviario: “Lo que estoy tratando de trabajar es tomar archivos culturales mexicanos que nos cuentan una idea más compleja y distinta, no de cómo se formó la mexicanidad, sino una idea de cómo se formó este sentido de pertenecer al mundo conforme México se integraba a las redes globales del capitalismo. Hay dos cosas que hay que aseverar sobre esto: la primera hipótesis de trabajo es que el mundo como civilización mundial no existe, sino cada país y cada civilización tiene su propia civilización mundial en función de los lazos de comunicación cultural que tienen con otros lugares. La segunda, es entender que uno de los género del proceso de la Revolución Mexicana no fue solo la naturalización de la civilización mexicana, sino además fue su mundialización; la revolución nos trajo al mundo y no solo lo franquista”.